Encontrar nuevas formas de financiamiento para los estudiantes es una de las prioridades que hoy tiene el movimiento
estudiantil. Esto debido a que el Fondo Solidario, entregado por el Gobierno, no es suficiente para cubrir las necesidades
de todos los universitarios.
La nueva Ley de Financiamiento busca entregar una opción a estos jóvenes para pagar sus
estudios. Sin embargo, los alumnos de universidades tradicionales la han rechazado categóricamente, ya que consideran que
se privatiza la educación.
La propuesta del movimiento estudiantil es clara y concreta: Quieren arancel diferenciado.
Este sistema consiste en fijarlo dependiendo del nivel socioeconómico de cada alumno, considerando, además, la gratuidad para
los estudiantes pertenecientes a los quintiles más bajos.
Para el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas
de la
Universidad de Chile, Joseph Ramos, aplicar este sistema es completamente factible mientras haya alguien que aporte los fondos para implementarlo.
"Es viable un arancel diferenciado si alguien lo paga, si el fisco lo paga. La Universidad de Chile no va a tener ningún problema
en tenerlo. Quién lo financia es una de las preguntas claves".
"El Estado está en condiciones de financiarlo. Los recursos
tendría que sacarlos de otros usos. El tema es si vale la pena hacerlo. Una cosa es que no se pueda financiar mi educación
porque provengo de una familia modesta, pero otra cosa es que no pueda devolver el costo de mi educación. El graduado de la
universidad, en general, estará en condiciones económicas para pagar el crédito universitario, así como estará en condiciones
de pagar un crédito hipotecario, por consiguiente, si el egresado puede pagar su crédito, la pregunta que hay que hacerse
es por qué lo vamos a eximir", señaló Ramos.
A pesar de que el Gobierno aceptó tratar el tema en la mesa de trabajo
con la Confederación de Estudiantes de Chile, Confech, el decano de la FACEA no cree que llegue a ponerse en práctica. "Darle
un subsidio a los futuros profesionales quiere decir que el 80% que no va a la Universidad estará pagando, vía sistema tributario,
para el 20% que se gradúa en la universidad, y eso, desde un punto de vista de equidad, es un escándalo".
Ramos propone
un "crédito diferenciado", dependiendo del ingreso económico de la familia, el que además cubra otras necesidades del estudiante,
como fotocopias, alimentación, transporte, libros, etc. "Todo lo que es crédito es mucho más viable que simplemente dar una
beca. Con el arancel diferenciado cada año el fisco tendrá que poner una enorme cantidad de recursos, porque cada vez son
más los jóvenes que están entrado a la universidad y queremos que sea así. La manera justa es diseñar un buen sistema crediticio
que cubra algunas necesidades que no lo están, pero que también asegure el pago", enfatizó Ramos.
"Considero que el
arancel diferenciado no tiene justificación ética. Hay otras necesidades antes de eso. Trataría de asegurar que los jóvenes
de educación modesta, que no alcanzan a entrar a las universidades, tengan una educación que les permita sacar los 680 puntos
mínimo para entrar a la Universidad. Eso sería un mejor uso", aseguró el decano.